La meditación inmersiva te ayuda a concentrarte en el momento presente, profundizar tu percepción y crear un estado de completa presencia. Esta práctica te permite eliminar las distracciones externas y concentrarte en tu mundo interior, sumergiéndote en un flujo de atención plena.
Busca un lugar tranquilo donde no te molesten. Siéntate derecho, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Siente cómo con cada inhalación te sumerges más profundamente en el presente y cómo con cada exhalación liberas todos los pensamientos que te distraen. Permítete ser plenamente consciente, observando tus sensaciones y emociones sin juzgarlas. La práctica regular te ayuda a sumergirte por completo en el presente y a encontrar tu enfoque interior.