La meditación del "Rayo de Atención" ayuda a desarrollar la capacidad de dirigir y enfocar la atención en objetos, pensamientos o sensaciones específicos. Esta práctica entrena la mente, enseñándote a estar más concentrado y consciente en cada momento de tu vida.
Busca un lugar tranquilo y siéntate cómodamente, con la espalda recta. Cierra los ojos e imagina tu atención como un rayo de luz brillante. Concentra este rayo en un punto: tu respiración, un objeto frente a ti o simplemente en las sensaciones de tu cuerpo. Cuando tus pensamientos empiecen a divagar, regresa suavemente a tu objeto de concentración. La práctica regular te ayudará a mejorar tu capacidad para concentrarte y mantener la atención en cosas importantes.