El Yin Yoga tiene como objetivo la relajación profunda y el impacto suave en los tejidos conectivos: fascia, tendones y articulaciones.
A diferencia de las prácticas dinámicas, aquí las posturas se mantienen durante períodos prolongados, lo que permite que el cuerpo se abra gradualmente sin tensión. La respiración profunda ayuda a observar las sensaciones, liberando la tensión y la constricción.
El Yin Yoga Clásico implica mantener las posturas hasta 5 minutos o más, pero en estas rutinas, el tiempo se acorta para que la práctica sea accesible para principiantes. Acostumbrarse gradualmente a las posturas estáticas te permitirá adaptarte gradualmente a este estilo y profundizar en tu práctica con el tiempo.
Estas clases ayudan a aliviar el estrés acumulado, mejorar la movilidad articular y relajar el sistema nervioso. Las sesiones cortas son perfectas para una relajación rápida, mientras que las más largas permiten conectar profundamente con el cuerpo y crear una sensación de paz interior.