La práctica regular de yoga ayuda a mejorar el equilibrio, la concentración y la disciplina, cualidades especialmente beneficiosas para quienes padecen TDAH. Las clases están diseñadas para desarrollar la concentración, la coordinación, el autocontrol y la estabilidad interior. La práctica incluye diversas posturas de equilibrio y coordinación que entrenan suavemente el equilibrio y la concentración.
El énfasis en las asanas estáticas mejora la sensación de estabilidad, calma y serenidad. La práctica regular ayuda a fortalecer la fuerza de voluntad y a desarrollar el autocontrol.
Las rutinas de yoga de 45, 60 y 90 minutos concluyen con pranayama (5-7 minutos), que calma la mente, mejora el estado psicoemocional y crea una sensación de equilibrio interior.