Después de un largo viaje, el yoga ayuda a recuperar fuerzas, aliviar el estrés e iniciar procesos de renovación en el cuerpo.
La práctica comienza con ejercicios de calentamiento suaves, ya sea sentado o acostado. Esto permite que el cuerpo se adapte al movimiento sin esfuerzo innecesario, lo cual es especialmente importante después de un recorrido largo.
A medida que aumenta el tiempo de práctica, se agregan posturas de estiramiento y torsión, así como inversiones, que alivian la tensión en las piernas y mejoran la circulación sanguínea.
Las sesiones cortas te ayudan a tonificarte y refrescarte rápidamente, mientras que las más largas te permiten trabajar profundamente el cuerpo, restablecer el equilibrio y recuperar la facilidad de movimiento.